Alrededor de 1880 Mortimer crea el primer “consolador” para curar la supuesta histeria femenina que consistía en -“ansiedad, irritabilidad y fantasías sexuales”-. Desde aquel momento se empezó a hablar de la histeria femenina como una enfermedad contagiosa entre mujeres que podía “curarse” con un masaje genital que proporcionaba el médico de turno con un-consolador- y que aliviaba el estrés.
Desde 1952 la histeria desaparece por fin como enfermedad pero seguimos usando el término “consolador” para referirnos a los dildos, vibradores, juguetes sexuales... por lo que deberíamos empezar a cambiar los nombres sexistas utilizados históricamente para terminar con el nombramiento patriarcal sobre nuestros cuerpos.